¿Qué es y cuáles son los tipos de inversión?
Invertir es, de manera resumida, el proceso de comprar activos que aumentan de valor con el tiempo y proporcionan rendimientos en forma de pagos de ingresos o ganancias de capital. En el caso de las inversiones financieras, estas se refieren a las operaciones que se hacen en valores como acciones, bonos, letras de cambio, depósitos bancarios y otros instrumentos financieros.
Según el Banco BBVA “Invertir dinero puede verse como una salida de capital que se hace en el presente para mejorar la salud financiera personal y familiar en el futuro. Su objetivo es comprar un activo a un precio bajo y venderlo por un valor más alto”.
Hay algunos tipos de inversión que puedes considerar, dependiendo de tu perfil de riesgo, tus objetivos y tu horizonte temporal. Algunos de los más comunes son:
Renta variable: Son las acciones de las empresas que cotizan en bolsa. Te permiten participar de los beneficios y el crecimiento de las compañías, pero también asumes el riesgo de que bajen de valor o quiebren. Esta suele tener una alta rentabilidad a largo plazo, pero también una alta volatilidad a corto plazo.
Renta fija: Son los bonos o deuda emitidos por el Estado, empresas, municipios u otras entidades. Te pagan un interés fijo o variable por prestarles tu dinero durante un plazo determinado. Además, tiene una menor rentabilidad que la renta variable, pero también un menor riesgo y una mayor estabilidad.
Liquidez: Son los depósitos bancarios, las cuentas de ahorro, el dinero en efectivo o los instrumentos del mercado monetario. Te ofrecen una disponibilidad inmediata de tu dinero, pero también una muy baja rentabilidad o incluso una pérdida de poder adquisitivo por la inflación. La liquidez es conveniente para tener un fondo de emergencia o para aprovechar oportunidades de inversión.
Inversiones alternativas: Son aquellas que no se ajustan a las categorías anteriores, como los inmuebles, las materias primas, las criptomonedas, los fondos de inversión, los fondos mutuos, los hedge funds, el private equity, entre otras. Estas inversiones pueden tener una alta rentabilidad, pero también un alto riesgo, una baja liquidez, una alta complejidad o unos costos elevados.
Tu inversión será más o menos conveniente o riesgosa dependiendo de tus objetivos. En el corto plazo se considera más seguro una inversión en productos de ahorro, pero en cambio a largo plazo puede ser incluso arriesgado, por el costo de oportunidad que supone la cantidad de dinero que dejas de ganar. Toda decisión depende de ti y de lo que quiere conseguir tu empresa.
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